Tras un periodo de guerras civiles y luchas, la República romana se transformó en un Imperio bajo el emperador Augusto, aproximadamente a principios de la era cristiana. El Imperio romano asimiló a numerosos pueblos; además, en el año 212 d.C., la mayor parte de los hombres libres nacidos dentro de los confines del Imperio se convirtieron en ciudadanos romanos. Este concepto de ciudadanía universal fue único en el mundo antiguo. La península Ibérica sufrió un profundo proceso de romanización. Romanos famosos nacidos en la península fueron Quintiliano, el poeta Lucano y el filósofo Séneca. Esta clase dirigente aristocrática (optimates) se hizo cada vez más arrogante y propensa al lujo, perdiendo los altos niveles de moralidad e integridad de sus antepasados. El conflicto entre el partido aristocrático y el popular era inevitable. Los intentos de los tribunos de la plebe Tiberio Sempronio Graco y su hermano Cayo Sempronio Graco por aliviar la situación de los ciudadanos más pobres con una reforma agraria y el reparto de cereales, acabaron en revueltas en las que ambos hermanos resultaron muertos, en el 133 y en el 121 a.C. respectivamente. La ampliación territorial de Roma continuó. En el año 106 a.C. Yugurta, rey de Numidia, fue destronado por el cónsul Cayo Mario con la ayuda de Lucio Cornelio Sila. Esta victoria incrementó el prestigio militar de Roma, consolidado tras la derrota de los cimbrios y teutones en el sur de la Galia y norte de Italia a manos de Mario tras su regreso de África. En este periodo hubieron muchas luchas pero de conquistas, sea los romanos querían apoderar de otro sitios pero salieron perdedores, sabiendo salir adelante pudieron reconfortar la republica. Se dice que cesar fue causante del fin de la republica por que tuvo problemas con la aristocracia y lo asesinaron y Marco Tulio Cicerón intento rehabilitar la republica y no se sabe si lo logro.
miércoles, 27 de junio de 2007
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